Page 410 - Elche en guerra 1936-1939
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“Puestos en trance de sinceridades una cosa hemos de esperar de los elementos ´directivos’ de la C.N.T.; que pisemos terreno firme. En interés de todos. No hay nada tan desalentador ni tan disolvente como el tejer y destejer de proyectos y órga- nos políticos. Ni puede darse coincidencia útil de esfuerzos si la aportación se hace con reservas mentales. Por el hecho de pactar con las demás fuerzas antifascistas, asumiendo su parte de responsabilidad en la obra común, la C.N.T. se compromete a controlar con la mayor energía toda acción aislada de sus organismos locales o de sus miembros independientes de los mismos. Hay ciertos hechos recientes que imponen esta formalidad que nosotros esperamos se imponga con urgencia”.240
“Algunos sindicatos centran hoy sus mejores preocupaciones en el mejoramien- to inmediato de sus afiliados y tratan afanosamente de obtener para estos conquistas inmediatas y de reforzar a rajatabla las obtenidas en las luchas anteriores (...) Los triunfos de nuestros combatientes en los días de julio dieron a mucha gente la sensa- ción de que la guerra contra el fascismo era una lucha breve y decisiva, y anunciaron un triunfo definitivo a corto plazo (...) La modificación posterior del concepto de la guerra y la realidad misma de ésta no ha conseguido transformar el juicio primitivo, y aún tenemos responsables de organizaciones sindicales cuya única preocupación es la vigilancia de las bases de trabajo, el aumento de jornales, la disminución de la jornada y el incremento de la Autoridad de los sindicatos en las Empresas y talleres (...)
En consecuencia, los Sindicatos, como todas las organizaciones obreras, tienen, hoy por hoy, una misión única: hacer la guerra, ganar la guerra (...) En primer lugar, creando dentro de su ámbito el ambiente de guerra (...) Hay que disponer a todos los trabajadores para la guerra, levantar su espíritu combativo, enardeser (sic) su ánimo, dotarlos de alguna preparación técnica (...) Existen, por ejemplo, las industrias de guerra. Miles de obreros están trabajando en ellas, y no desconocemos que se han dado casos expontáneos (sic) de loable sacrificio. Pero el sacrificio a la decisión indi- vidual no van a ganar la guerra. La militarización en general significa la imposición de normas disciplinarias (...)”.241
El Obrero, 27 de septiembre de 1936, n. 522. Suelto sin firma.
El Obrero, 18 de octubre de 1936, n. 525. “Pasquines de guerra. Los sindicatos son también combatientes”. Por M.O.
Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
En cambio, con respecto a la CNT, pensamos que las relaciones de ugetistas- socialistas con los anarquistas fueron más cordiales que con los comunistas al menos en lo que a Elche se refiere. No obstante, pueden encontrarse en El Obrero algunas recomendaciones más bien respetuosas dirigidas expresamente a la CNT o, con cierta candidez, a “algunos sindicatos” cuando no había más que dos:
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