Page 411 - Elche en guerra 1936-1939
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Los discursos políticos
Otra crítica recurrente se refiere a los afanes propagandísticos de partidos –siempre al PCE aunque no se haga explícitamente– pero también a la CNT, ante el problema de admitir a cualquier advenedizo, con tal de sumar militantes:
“Mola, el general traidor a su patria, jefe al parecer de la rebelión militar que en estos momentos riega con sangre generosa el suelo patrio, ha dicho con no poco fundamento que disponía de una 5a columna en el interior de Madrid, con la cual tenía establecido el contacto (...).
¿Quiénes son los componentes de esta columna?
¿Habéis visto en estos últimos días, gente que luce su pistola, su gorro y su mono, y ostenta insignias de la U.G.T. o de la C.N.T. que nunca usaron? (...).
¿Conocéis a los que antes descubríanse al paso del cura o del viático y ahora no cesan de repetir la cariñosa y expresiva frase de SALUD?
Y a los que en sus casas conservan los aparatos de radio y se dedican a puerta cerrada a conectar con las emisoras de Sevilla, Burgos o Portugal? (...)
Una buena limpia es lo que urge realizar y cuando ella esté terminada, poner a buen recaudo a dichos elementos, para que podamos decir en plazo breve que hemos derrotado en toda la línea a la formidable columna de Mola, el traidor de España”.242
“Ya hace mucho tiempo que venimos hablando del mando único (...).
Como en la actualidad los batallones son creados por los partidos políticos o sindicales, hay muchos partidos que al parecer se han olvidado de que estamos en gue- rra, y más que prestar atención a la lucha bélica, que es la que ha de deliberar nuestra situación del mañana, se dedican a hacer propaganda sindical o de partido (...)
¿A qué viene esa enorme preocupación de inflar los registros de los sindicatos con adeptos que siempre fueron enemigos? Cuando se actúa de esta forma es vano hablar de disciplina, y hay que tener en cuenta que si no hay disciplina, no puede tra- bajar el mando único (...)”.243
“Uno de los hechos que más ha perjudicado a la causa antifascista, desde que se produjo la criminal subversión militar que padecemos, ha sido la actitud de los irresponsables. Estos, al amparo de un carnet sindical o de partido político, concedido también con manifiesta irresponsabilidad, han campeado hasta ahora a sus anchas, cometiendo desafueros que han beneficiado a los facciosos.
Nadie podrá formarse idea exacta de lo que esto ha trascendido al extranjero y del ambiente, en ocasiones asfixiante, que ha creado a nuestra causa. La labor de los irres- ponsables ha sido secundada, o mejor dicho, inspirada, por los elementos fascistas, que esperan cualquier ocasión propicia para trabajar en favor de los rebeldes (...).
242 El Obrero, 15 de noviembre de 1936, n. 529. “Facetas de la retaguardia. La 5a Columna de Mola”. Sin firma.
243 El Obrero, 27 de diciembre de 1936, n. 535. “Ante el momento. Mando único y disciplina: victoria”. Sin firma.
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