Page 424 - Elche en guerra 1936-1939
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Elche, una ciudad en guerra (1936-1939)
que puede darse a semejante despropósito es la intención por parte del sindicato socialista de defender, discretamente pero sin ambages, a su candidato frente a los propuestos por la Agrupación Socialista. El propio García Serrano acabaría en marzo de 1938 sustituyendo a Rita García en la consejería de abastos, con lo que, una vez más, prevaleció el cargo político por encima del sindical. Respecto a Vicente Maciá Antón, fue concejal socialista desde 1931 hasta noviembre de 1936 y en 1938 se convirtió tanto en presidente de la Federación Local de Sociedades Obreras como en presidente del Comité de Enlace UGT-CNT, enlace éste que fue bastante más cordial que el de los socialistas con los comunistas pero que tampoco se tradujo en nada concreto más allá de alguna declaración de buenas intenciones. Por fin, el cuarto hombre destacado de la UGT fue Pedro Sánchez Barberá, también presidente de la Federación Local de Sociedades Obreras en 1937 y de cuya trayectoria, en su caso puramente ugetista, tan sólo conocemos su vinculación con el Elche club de fútbol (de ahí su apodo Perefese) y por haber protegido a hombres de derechas como, entre otros, Alberto Asencio Gonzálvez y Juan Pérez Soto, quienes en la posguerra le devolverían el favor a costa de ser encerrados unos días.253
Conocemos, pues, los planteamientos ugetistas en las semanas previas a la guerra: abolición del destajo, fijación de salarios mínimos y jornada de 40 horas semanales. Nada, pues, revolucionario por mucho que la prensa obrera de aquel momento destacara el contexto revolucionario en el que se vivía y tampoco ninguna novedad porque tales reivindicaciones –reformas graduales en definitiva– nacieron casi al mismo tiempo que el propio sindicato. La UGT local organizaría también un congreso de la industria fabril y textil de la región de Levante en los primeros días de noviembre de 1936. Se reunieron en la Casa del Pueblo ilicitana representantes de 14 entidades cenetistas y 25 ugetistas de las tres provincias valencianas. No era tiempo de reivindicaciones sino de constatación de la dura realidad impuesta por la guerra: falta de materias primas, falta de mercados y necesidad de mantener los puestos de trabajo. El siguiente –y último– congreso sindical tendría lugar en septiembre de 1937 y reunió en Elche a los representantes de los sindicatos de Artes Blancas de las localidades de Villena, Crevillente, Orihuela y a los representantes sindicales de los 230 afiliados de Elche. El congreso sirvió para constituir el sindicato provincial y para censurar a la Comisión Ejecutiva de UGT por haber suspendido al sindicato de Artes Blancas de Madrid.
La misma división del Partido Socialista se reproducía por tanto en el seno del sindicato y, creemos, con idéntico debate: qué hacer respecto al Partido Comunista. Dicho de otra manera, aceptar la unidad y colocar al sindicato bajo las directrices de los
253 Entrevista del autor con la hija de Juan Pérez Soto, Carmen Pérez Alonso, 1 de diciembre de 2001.

