Page 66 - Riegos El Progreso
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encargo de un plano a Antonio Ramírez del término municipal de Elche con las instalaciones de El Progreso.
El 21 de marzo de 1917 se firmó un nuevo contrato de suministro de fluido con La Electromotora Equitativa de siete años de duración gracias a los trabajos de una Comisión de Fuerza creada con ese objetivo y se puso en marcha también un nuevo sistema para la venta de agua, en vigor desde el mes de marzo, denominado “Seguidas de agua” con una duración máxima de tres días por el que se ofrecía un mejor precio al regante siempre que comprara agua hasta tres días continuados, que, sin embargo, no funcionó bien porque tal procedimiento fue eliminado en febrero de 9.
El nuevo Consejo de Administración presidido por Joaquín Román Bañón trató a lo largo del año 9 de recuperar como responsable técnico de la maquinaria a Sebastián Kornprobst y éste aceptó de nuevo la oferta con el mejor sueldo pagado hasta entonces por la empresa: .000 pesetas anuales (.00 más otras .00 procedentes de los gastos de representación del Presidente). Se le contrató en marzo de 9 y en septiembre del mismo año de nuevo era cesado. El asunto terminó con la amenaza del técnico de llevar a la Sociedad ante los tribunales. La plantilla de El Progreso también sufrió cambios: dos ceses de dos maquinistas, la contratación de un nuevo maquinista, con lo que se mantenían  trabajadores en total y pequeños aumentos de salarios a razón de  céntimos diarios o de 0 céntimos diarios para el Secretario General Fernando Fenoll Follana. Por primera vez el Consejo de Administración impuso multas de  o de ,0 pesetas a empleados por faltas en el servicio.
Un banquero local, José Revenga Gimeno, ofreció a la Sociedad la posibilidad de adquirir las obligaciones emitidas por la empresa y el abogado José Gómez Valdivia planteó al menos dos proyectos de conversión de la Deuda, sin que tengamos referencias concretas de tales propuestas, una de las cuales fue aceptada por el Consejo de Administración.
En 9, y ante los problemas de paro en la ciudad, el Ayuntamiento ilicitano creó una Junta Local de Subsistencias y nombró a un representante de El Progreso –Pascual Román Antón– como miembro de dicha Junta. Constituía, de paso, un reconocimiento a la Sociedad por su presencia significativa en la ciudad. El Progreso contribuyó además con 00 pesetas como ayuda a la difícil situación creada cuando tenía lugar el final de la Primera Guerra Mundial. También, por primera vez, una empresa local, La Metalúrgica Ilicitana, ofrecía sus servicios –un transformador para La Marina– a la Sociedad y ésta se planteó utilizar sus servicios como alternativa al problema creado por el técnico Sebastián Kornprobst. El que éste pudiera demandar a la Sociedad impidió la colaboración en este momento, pero al menos es la primera vez que una empresa ilicitana era tecnológicamente capaz, o al menos así se ofrecía, para dar servicio a El Progreso que, hasta la fecha, había recurrido siempre a técnicos y casas comerciales ajenas a la ciudad.
 




























































































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