Page 76 - Riegos El Progreso
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más debate interno: Diego Pascual, Francisco Quiles y Ángel Boronat se mostraron partidarios mientras que Ernesto Martínez Riviere y Carlos Antón Boix se opusieron. En opinión de este último: “en otra época tal vez hubiese convenido la fuerza térmica, por el lucrativo precio del agua, pero ante la competencia de Riegos de Levante y la consiguiente abundancia de riegos, esa fuerza térmica resultaría carísima y no dejaría margen de beneficios”. Votaron en esta ocasión 0 accionistas y tan sólo 9 a favor de la adquisición de fuerza de reserva mientras que votaron en contra.
Un punto muerto del que no se sabía salir: miedo a una gran inversión pero poco entusiasmo ante el mero continuismo. El de octubre la Junta General votó la siguiente proposición: El presidente Carmelo Serrano García y el ex presidente Antonio Rico Cabot se responsabilizarían de crear una Comisión de Fuerza autorizada a resolver de común acuerdo el asunto de la energía. Pero tampoco: Votaron 0 socios: a favor 9 y en contra . Pasó otra semana más y otra nueva proposición: “una vez montados los motores Diesel o mientras esto se hace, se pase a tratar con la Hidroeléctrica Española y a celebrar con la misma, si puede ser, un contrato en buenas condiciones”, defendida por Diego Pascual. Votaron 0 accionistas: a favor y 69 en contra. Y todo esto, a las puertas de que Riegos de Levante comenzara a funcionar con el riesgo evidente de que se produjera un trasvase de inversiones y de regantes de una empresa a otra.
El de octubre la Junta General discutió de nuevo la adquisición del Salto de Tedelche por un precio que no rebasase las 00.000 pesetas. El ingeniero Fructuoso Iranzo defendió entonces ante la Junta General su proyecto de adquisición del Salto basándose en que El Progreso tendría que abonar anualmente a La Electromotora Equitativa 0.000 pesetas por el suministro de 00 caballos de fuerza y que el Salto de Tedelche era el mejor que podía encontrarse cerca de Elche. José Gómez Valdivia se opuso una vez más, basándose en que se trataba de una concesión por el Estado de años y que nunca se podría amortizar el gasto realizado. Otro de los detractores del Salto, Antonio Rico Cabot, se mostró en contra porque, según él, la adquisición del Salto de Tedelche, costaría .99.000 pesetas (la compra del Salto y la construcción de la línea de alta tensión entre Río Mundo y Elche). Argumentaba además aportando un informe que con el Salto de Tedelche se obtendrían tan sólo 705 caballos de fuerza, siendo insuficientes, al necesitar El Progreso la siguiente fuerza: 0 para La Marina, 60 para Ortices, para Sivaes, 0 para Derramador y 9 para las ocho tallas de Cuatro Pilares (es decir, caballos de fuerza), por lo que resultaría insuficiente. Un año, pues, de debate interminable que quedó sin solucionar. Se desestimó la posibilidad de adquisición del Salto de Tedelche y la cuestión quedaría aparcada cuatro años. Paradójicamente, en 96 sin prácticamente debate alguno, se comprará el Salto de Hoya de García en Cieza, probablemente la mejor inversión en la historia de la Sociedad, como el tiempo transcurrido demuestra sin lugar a dudas. Lo que cabe discutir hoy es si la adquisición desechada en 9 del