Page 91 - Riegos El Progreso
P. 91

   Heraldo de Madrid y suprimió también la suscripción a los periódicos que hasta entonces recibía.
Y se proclamó en España la II República el  de abril de 9 sin que El Progreso lo notara especialmente, más allá de las dificultades de un año en el que durante cuatro meses –de junio a septiembre– no hubo agua que vender y las “copiosas lluvias” de septiembre y diciembre hicieran menos necesaria la compra de agua para los agricultores. En cualquier caso, y a pesar de una segunda mitad de año funesta, la disminución de la recaudación tampoco resultó escandalosa: unas 60.000 pesetas menos respecto a los años anterior y siguiente.
El Consejo de Administración no hizo mención alguna al cambio de régimen político. Tenemos que pensar que se debió contemplar con cierta preocupación pero la normalidad presidió la marcha de la Sociedad. Para empezar, la empresa estuvo a las duras y a las maduras. Contribuyó con  pesetas para “la suscripción a favor de las instituciones Guardia Civil, Carabineros, etc. a raíz de los servicios prestados por aquellos durante los últimos sucesos políticos...”, atendiendo a la solicitud del alcalde Diego Ferrández Ripoll, un mes después de la sublevación de Jaca de diciembre de 90. Pocas semanas después, la empresa donó 00 pesetas para las familias de los presos ilicitanos encarcelados a raíz de aquellos sucesos (entre otros, el futuro diputado republicano Julio María López Orozco o los futuros alcaldes socialistas Manuel Rodríguez Martínez o Juan Hernández Rizo). Establecido ya el nuevo régimen, la empresa contribuyó con 50 pesetas para las fiestas de agosto –festejos religiosos ya muy politizados: apoyados desde posiciones conservadoras y rechazados en general por las organizaciones de izquierda– y atendió igualmente la solicitud de apoyo moral para el establecimiento en la ciudad del Instituto que se inauguraría en el año 9. Pero podemos hablar sin duda de normalidad desde todos los puntos de vista. Además, una de las primeras medidas del primer Ayuntamiento republicano fue reconocer la obra de Ernesto Martínez Riviere y se pidió a El Progreso que costeara una lápida de mármol “para rotular una de las principales calle de Elche” a lo que accedió el Consejo de Administración.
El cambio de régimen se notó sobre todo por el inicio de negociaciones entre el Consejo de Administración y el Sindicato de Obreros del Gas, Electricidad y Agua de UGT integrada dentro de la Federación Local de Sociedades Obreras del mismo sindicato. En agosto de 9, la Federación Local de Sociedad Obreras sugirió al Consejo de Administración que estudiara el contrato de trabajo que se había firmado con los trabajadores de Riegos de Levante para que El Progreso lo contemplara como propio. En septiembre, el Consejo decidía intentar a través del Presidente Francisco Llebrés Javaloyes y del vicepresidente Salvador Valero Agulló llevar a cabo conversaciones directas con los trabajadores para desplazar al sindicato socialista de la negociación y el  de octubre el Consejo ofrecía las siguientes condiciones:
9
 





























































































   89   90   91   92   93