Page 30 - 180 años de Periodismo en Elche
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 prensa ilicitana, como el conjunto de la pren- sa española se acogió a este sistema:
«Com el BOU es el periodic mes barat y mes divertit de cuants en Elch sem publi- quem, ham gastat la poca vergoña de en- viarlo a casi totes les cases del poble; pero en tot y en axo, el que no vullga BOU que el torne ans del disapte, perque sino li correra el més» (El Bou, 7 de marzo de 1885).
Al igual que el BOU, todas las publica- ciones buscaban con la suscripción la fór- mula de mantenimiento, pero ello conlle- vaba serias dificultades. Si por un lado, los periódicos contaban en el mismo momento de la aparición con un número importan- te —en torno a los 1.000—, a la hora del cobro no eran tantos:
«...Todos aquellos suscriptores que deban más de tres mensualidades, a partir del prime- ro de febrero, serán dados de baja y aquellos que ni siquiera han pagado una desde junio, daremos sus nombres a la publicidad...
Nuestro periódico tiene la vida asegurada si los suscriptores, cumpliendo con su deber, lo pagan.
Trabajo cuenta en la localidad con 520 suscriptores que, con los que hay fuera y la venta pública recaudamos lo suficiente...» (Trabajo, 8 de enero de 1922).
No eran sólo los semanarios socialistas los que se veían rodeados de estos problemas. Casi lo desacostumbrado es no encontrar avisos de este tipo a lo largo de la Restau-
ración o, al menos, hasta la guerra civil. Al margen de estas dificultades sólo se encontra- rían ciertas publicaciones cuyos propietarios gozaban de una sólida posición económica. Así, por ejemplo, LA ACCIÓN, un periódi- co católico surgido en 1907, ofrecía una sus- cripción voluntaria, algo que, desde luego, no era corriente. De ahí que las publicaciones obreras tuvieran serios problemas para man- tenerse con vida. El semanario que, dentro del socialismo ilicitano, sustituiría a TRA- BAJO, EL OBRERO, se encontraría con una situación similar.
«...Si los suscriptores liquidaran sus recibos pendientes de pago, el déficit, no solamente se saldaría por todo lo que resta de año, sino que a primeros del año 1933, la tirada llegaría a 2.000 ejemplares, con lo que se aseguraría definitivamente la vida de EL OBRERO» (El Obrero, 13 de noviembre de 1932).
Con posterioridad a 1939 no contamos con los mismos datos en lo que a tiradas o suscripciones se refiere. Sin embargo, pode- mos decir que una revista de características especiales como FESTA D’ELIG, con una periodicidad anual e, incluso, en los últimos años bianual, contaba con una tirada de unos 1.000 ejemplares y que un semanario de ca- rácter comarcal, con una edición para Elche, CANFALI, en 1980 no sobrepasaba los 2.300 ejemplares, oscilando con cifras por debajo de la mencionada. Es obvio que la despro- porción es importante, ya que no es lo mismo una tirada de 1.000 para una población en torno a los 20.000 habitantes que la de 2.000 para otra de más de 160.000. En definitiva, cabe hablar de un fenomenal retroceso de la
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